jueves, 21 de agosto de 2008

Electroshock para el blog


Sí, decidí revivir este blog.
¿Por qué? Mmm, no sé. Pero la cosa es que tengo ganas de escribir y no se qué.

Lean mientras pienso.

¿Critico a los floggers? Naaah. Todo el mundo critica la moda flogger. Es más, ya se convirtió en moda criticar la moda flogger.

¿Escribo un par de frases sin sentido hablando del paraíso, de la felicidad, el amor y el odio, así todo el mundo piensa que soy muy intelectual? Nahh, para eso está la mayoría de los blogs.

¿Entretengo al boludo que esté leyendo mientras pienso pelotudeces? Sí. ¡SI PUTO! Caíste en mi trampa. Otra vez estás leyendo todas las barrabasadas que salen de mi cabezaaaaaa.

¿Le pido a todos que me firmen así consigo un BLOG GOLD? ¡Ah no! Eso no existe.

¡YA SE! ¡YA SE!
¿Por qué se asocia al bien con el día y al mal con la noche?
Digamos que en nuestra cultura está un poco atrasada esa asociación.
La mayoría de la gente es muchísimo más “feliz” cuando sale un Viernes o un Sábado a la noche. Total hacen todo lo que más les gusta hacer, ¿o no? Toman alcohol en exceso, se drogan, bailan música electrónica, tienen mucho sexo con desconocidos o con conocidos borrachos, caen en un coma alcohólico, contraen enfermedades de transmisión sexual, agonizan un par de meses y se mueren.
¡POR DIOS! ¿QUÉ HAGO SENTADO ADELANTE DE ESTA COMPUTADORA? ¡Me estoy perdiendo tantas cosas! (tonito sarcástico).
Volviendo al tema de la noche y el día. Ahora analicemos el día.
La mayoría de la gente trabaja, limpia, cocina, estudia, lleva a los chicos al colegio, va al gimnasio, soporta gente que no quiere ni ver, insulta al jefe a sus espaldas, se pelea con sus compañeros y familiares, y después se da cuenta que tiene ganas de suicidarse porque tiene una vida patética.

¿Soy yo o me parece que en la noche se disfruta mucho más? (otra vez el tonito sarcástico).

¡¡REACOMODEMOS LAS IDEAS GENTE!!

DISFRUTA LO QUE HACES DE DÍA (aunque te cueste) Y MODERATE A LA NOCHE.

sábado, 12 de julio de 2008

En el comienzo...

.
En el comienzo fue buscar
Una manera de sentir
Mirar la luz para seguir
.
En el comienzo fue soñar
En el comienzo fue encontar
Una manera de vivir
En cada fue avanzar
.
Hacia el comienzo de llegar
En el comienzo fue un sin fin
No hubo principio ni final
Sólo aprender a caminar
En el comienzo fue sembrar
.
Hoy es aquí, mañana allá
Juntos más luces se prenderán
Seré feliz sin traicionar mis
Propios sueños. Eso es jugar
.
Sentir, buscar
Formas de amar
Volver atrás
Para avanzar
.
Poner el cuerpo en el intento
Sin estrategia, sólo de adentro
Hoy es aquí mañana allá,
Juntos más luces se prenderám
.
Hoy es aquí, mañana allá
Te reconozco, una vez más
Estoy aquí, y estás allá
Hoy es el día para empezar
.

martes, 4 de marzo de 2008

La postmodernidad


Los líderes ideológicos

¿Quién puede negar que la sociedad postmoderna está manejada en su totalidad por los medios de comunicación?
En una sociedad como la nuestra, la mayoría de las personas suelen mantenerse informados acerca de los que pasa en todo el mundo las veinticuatro horas del día. Hacen esto a través de la televisión, Internet, radio o celulares, en fin, a través de diferentes medios de comunicación. Analicemos ahora la clase de información que los medios nos brindan.
La información se nos brinda de una manera rápida, de corta duración, podríamos decir que es una información efímera. Bien llamados están los “flashes informativos”, que suceden en los cortes de programas de televisión o radiales. Vemos en ciertas ocasiones que una primera información afirma cierto hecho y que una segunda modifica lo dicho anteriormente porque la fuente de “información” no se había expresado de manera correcta o en su totalidad. Vemos a veces que distintos medios de comunicación brindan diferentes informaciones que llegan incluso a contradecirse entre ellas. Pensemos entonces que es lo importante para estos medios ¿Realmente informar a las personas para que estas puedan reflexionar sobre los hechos sucedidos brindándoles un análisis correcto y profundo sobre el tema, o simplemente mostrar “pantallazos” sobre diferentes cosas para que cada uno haga su propia interpretación y luego pueda hablarlo y afirmarlo como si se tratara de un simple comentario?
Cada medio es dueño de su propia verdad y muestra su propia realidad. Pero no olvidemos cual es el verdadero sentido de las palabras verdad y realidad. Quizás cada medio pueda brindar diferentes versiones basándose en determinadas fuentes, pero nunca va a poseer la verdad sobre ningún hecho, pues la verdad reside en la esencia de las cosas y no en los accidentes, que es lo que nos muestran de una manera fugaz los medios de comunicación.
Hoy en día es fácil de observar que los medios de comunicación son los líderes de las ideologías de los hombres postmodernos. Años atrás nadie hubiese pensado, por ejemplo, en aprender a realizar un hechizo de amor a través de un mensaje de texto, sin embargo hoy en día los medios suelen ofrecerlo constantemente y desgraciadamente el hombre postmoderno suele comprar cada oferta que ve.
Analicemos al hombre postmoderno.
Este tipo de hombre se rige por el capitalismo económico (tener más significa ser mejor), no cree en ningún tipo de Dios o en una vida espiritual, profunda e interior, no pretende un progreso, vive atado al presente, disfruta de los placeres inmediatos, sigue los estereotipos, es determinista y pretende saber de todo un poco pero no mucho de un solo tema.
Analicemos ahora los medios de comunicación.
Los medios atacan constantemente al hombre para que compre artefactos que evidentemente no necesita. Prácticamente no existen programas culturales, religiosos o de debate. Las publicidades promueven el actuar hoy sin pensar en lo que el día de mañana pueda suceder. Llueven las ofertas para cambiar nuestros cuerpos y lograr la “perfección” que los estereotipos nos muestran. Se ofrecen cambios mágicos y eternos, consejos infalibles y manuales de cómo tener una vida sin preocupaciones con sólo enviar un mensaje de texto o hacer una llamada. Existen “magazines” que tratan temas como; a quien votar en el momento de las elecciones, la salud del bebé recién nacido, las últimas novedades de el reality show de moda y charlas con especialistas de todo tipo (psicólogos, sociólogos, médicos, etc.). Es decir que, programas como estos, tratan temas que poco se relacionan entre ellos, e intentan mostrar de todo un poco y terminan mostrando nada, ya que no existe una charla con detenimiento y profundidad sobre ninguno de los temas, porque además de la GRAN variedad de temas a tratar, el tiempo nunca alcanza para ello. Como se suele decir: “El tiempo en la televisión es oro”. Oro para los medios de comunicación sin duda.
Es obvio que no se trata de ninguna casualidad que las características del hombre postmoderno coincidan con las de los medios de comunicación. Pero ¿significa esto que los medio son un mero reflejo de la sociedad?
No, de ninguna manera. Es totalmente a la inversa. Son los medios de comunicación quienes marcan las características del hombre postmoderno y crean una nueva ideología que este se empeña en seguir y defender. El hombre postmoderno, caracterizado por su pensamiento débil, se deja llevar por lo que se le muestra y no se detiene a reflexionar. Es de esperar que el día de mañana los medios se empeñen en crear una nueva característica del hombre postmoderno y que este la acepte así sin más.

Una mera muestra de accidentes

Todos sabemos que el medio de comunicación con más difusión es la televisión, que, además de cumplir con una función ligada al entretenimiento, nos informa acerca de la “realidad”. Hagamos un stop en esta afirmación y preguntémonos ¿Qué significado tiene para el hombre postmoderno la realidad?
Para el hombre postmoderno la realidad es el conjunto de imágenes, interpretaciones y demás cosas que obtiene de diferentes medios de comunicación que acomodan la información como mejor les parece.
Podemos decir entonces que el hombre postmoderno ha perdido el verdadero sentido de lo que es la realidad, ya que la percibe a través de los accidentes que le distribuyen los medios.
El hombre postmoderno ha olvidado que la realidad, al igual que la verdad, reside en la esencia.

¿Que pretenden los medios?

Siguiendo con este análisis acerca de información efímera que los medios proporcionan, preguntémonos ¿Cuál es el fin de los medios de comunicación? ¿De que le sirve, por ejemplo, a una cadena de televisión, que el hombre postmoderno se mantenga informado a medias y, además, con afirmaciones que hasta quizás no son correctas?
Quizás a los medios de comunicación no les sirva más que para ganar dinero con las millones de ofertas que aparecen durante las emisiones. El problema reside en lo que se esconce detrás de los medios, es decir, quienes gobiernan la sociedad.
Recordemos que, como dijo Sócrates, “Conocimientos correctos llevan a acciones correctas”. Entonces una sociedad informada incorrectamente, que no llega a nunca a conocer la totalidad de las cosas, que no sabe profundamente acerca de nada y que no tiene la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo, es obvio que accionará de manera incorrecta.
Es mucho más fácil para quienes gobiernan liderar a una sociedad que se maneja como una masa no pensante que a un grupo de individuos con un progreso intelectual y un conocimiento profundo de la realidad.
Está ahí la respuesta que buscábamos.


El síndrome de las pupilas lejanas

El hombre postmoderno, como ya lo dijimos antes, no puede ver más allá de la escasa información inmediata que se le brinda. Tomemos a esta falta de razonamiento, de análisis, discernimiento y detenimiento en lo que se ve como un síndrome y llamémoslo “el síndrome de las pupilas lejanas”.
Todos alguna vez hemos mantenido nuestra mirada fija en un punto y no hemos prestado atención a lo que sucedía a nuestro alrededor, mientras que nos encerrábamos en nuestra propia realidad para luego volver y no comprender nada de lo que había sucedido en nuestra “ausencia”. Quienes hemos visto a otras personas en una situación así sabemos que las pupilas se notan un tanto ausente, es decir, inmóviles y sin percibir casi nada.
Lo mismo sucede con el hombre postmoderno.
Sus pupilas se fijan en un punto, el que los medios de comunicación le muestran, y no perciben la verdad de la realidad que lo rodea. Se encierra en su propia realidad construida por una recolección de imágenes sin esencia. Cuando por fin alguien lo devuelve a la verdadera realidad, toda “su realidad” se desmorona y no comprende que sucedió mientras estuvo atento al único punto fijo que había aprendido a mirar.

Los síntomas nihilistas, las canciones en tonos menores

Dos puntos interesantes para analizar de la sociedad postmoderna son el nihilismo y el pesimismo.
Nihilismo es la falta de valores supremos, la contestación a los porqués de los hombres, la falta de objetivos o metas a alcanzar, el pensar que todo termina en la nada.
El hombre postmoderno tiene un comportamiento evidentemente nihilista. No existe Dios alguno que le indique como vivir, no existe nada más allá de lo que el pueda ver o sentir, no existen cuestionamientos, no existe nada más allá de la muerte, se liga al presente sin importarle su futuro, no pretende un progreso.
El mantenerse con los ojos fijos en un punto sin capacidad de reflexión, lo que hemos dado por llamar el síndrome de las pupilas lejanas, hace también que el hombre se convierta en un ser pesimista.
Miles de problemas acechan hoy en día al hombre, y los medios de comunicación insisten en hacérselo saber constantemente. Un hombre que vive pendiente del calentamiento global, de la tala indiscriminada de árboles, de la economía en crisis de su país, de la inseguridad, la incompetencia de los gobernadores y las guerras, entre otros temas de gravedad, no tiene posibilidad alguna de escapar de la supuesta realidad devastadora que lo rodea y vivir para si mismo en una plena relación con los demás.
Lo que sucede realmente es, que en su afán por informar fugazmente al hombre, los medios de comunicación generan un gran pesimismo en la sociedad, y de ninguna manera discuten sobre las posibles soluciones a la gran variedad de problemas que existen en el mundo.

Un médico sin estetoscopio

Existen médicos para la curación del síndrome de las pupilas lejanas, quizás muchos más de los que conozcamos o veamos.
Estos son aquellas personas que no se agrupan bajo las características del hombre postmoderno, aún viviendo contemporáneamente con él. Estos médicos poseen la capacidad de traer de vuelta a la realidad a aquellos que sólo pueden mirar a un punto fijo. Es decir, que pueden “deshipnotizar” al hombre de los efectos de los medios de comunicación y pueden lograr que éste se tome el tiempo para reflexionar, abarque cada tema con la profundidad y la seriedad necesaria, y principalmente que reconozcan el efecto que los medios tuvieron anteriormente con ellos.
El verdadero fin de estos médicos (que sin duda son minoría) es, además de acabar con el efecto de los medios sobre la sociedad, convertir en nuevos médicos a aquellos que alguna vez padecieron del síndrome de las pupilas lejanas, para que poco a poco los medios pierdan poder y se pueda dar paso a una nueva era, marcando el fin de la postmodernidad.
El problema de estos médicos reside en que no siempre existen las herramientas necesarias para tratar a sus pacientes. Y hablamos de herramientas indispensables, como lo es un estetoscopio para un médico.
El estetoscopio de este tipo de médicos es sin duda alguna la educación.
Pensemos ahora ¿es probable que existan los medios adecuados para que estos médicos, siendo una minoría, desarrollen la posibilidad de cambio en los afectados por los médicos?
La respuesta es altamente previsible. No. Son pocos los casos en los que estas personas logran sacar los ojos de los “enfermos” de su punto fijo, tanto porque los enfermos se niegan a ser curados o porque no existen los medios adecuados para que estos médicos lleven a cabo las acciones necesarias para educar.
De todas formas, existe un mínimo porcentaje de médicos-educadores que sí pueden llevar a cabo su tarea. Si no fuera de este modo, ésta minoría se hubiese extinguido ya.
Sin embargo el hombre postmoderno sigue superando en número al hombre “curado”. El hombre postmoderno avanza como una epidemia; rápida y mortalmente, acabando con toda posibilidad de progreso y conocimiento profundo e intelectual, creando nuevos hombres que apoyan la ignorancia y tienen una visión nihilista del mundo que los rodea.
Es necesario entonces estar predispuestos a curarnos de nuestro síndrome de pupilas lejanas para ganarle a la postmodernidad.

El tercer tipo de hombre; el que elige la pastilla azul

Ya hemos visto a dos tipos de hombres. Por un lado tenemos al típico hombre postmoderno, el que actúa bajo la presión del síndrome de las pupilas lejanas. Por otro lado tenemos al hombre médico, encargado de curar este síndrome, que convive con los hombres postmodernos en la era de la postmodernidad sin caer en el efecto que los medios intentan crear sobre él.
Pero queda aún un tercer tipo de hombre para analizar, el que sufrió una recaída.
Este tipo de hombre fue curado, en algún momento, por un médico de su síndrome de pupilas lejanas, pero, sin embargo, volvió a enfermarse.
Resulta esto extraño, ya que si el fin del médico era hacer que su paciente reconozca el efecto de los medios y no vuelva a caer en ellos ¿Por qué existe este tercer tipo de hombre? ¿Será acaso un mal desempeño del médico?
La respuesta es no. Un médico cuando hace su trabajo lo hace correcta y completamente, es decir, se aseguran de que el paciente reconozca ampliamente el efecto de los medios y pueda escapar de él. Lo que sucede en este caso, es que el mismo hombre, a pesar de éste reconocimiento, elige volver a caer en el efecto de los medios.
Sí, aunque parezca extraño. El tercer tipo de hombre elige volver a caer en el síndrome de las pupilas lejanas.
Como en la película “The Matrix”, este tipo de hombre, una vez revelada la realidad en la que deberá vivir, elige tomar la pastilla azul, es decir, aquella que lo devolverá a su vida habitual en la Matrix, o en este caso, padeciendo del síndrome de las pupilas lejanas.
Muchos se preguntarán porque decide hacer esto y vivir engañado.
Quizás sea porque esto le exige menos preocupaciones, menos reflexiones y le proporciona más placeres directos y fáciles de alcanzar. Simplemente porque todavía no está preparado para vivir en la realidad, o no quiere ser uno de los primeros en sobresalir de la masa no pensante que es la sociedad de hoy en día.
Siguiendo los pensamientos de Platón, podemos decir que al tercer tipo de hombre le falta el carro alado. Es decir, no tiene un conductor que lo guíe hacia la razón, un caballo blanco que maneje su voluntad de salir del síndrome de las pupilas lejanas, ni un caballo negro que maneje su deseo de progreso.

domingo, 2 de marzo de 2008

Pelotudos


¿Por qué mierda cada vez que digo que voy a estudiar el profesorado de Ciencias Sagradas, (aclaro que digo profesorado de Catequesis) hay un pelotudo que me pregunta "Pero ¿queres ser cura?"?

¡¡DIOS!! ¡¡QUE IGNORANTE QUE ES LA GENTE!

¡La concha de su madre! Los curas son curas y los profesores de catequesis son profesores de catequesis.
Si quisiera ser sacerdote diría "Voy a entrar al Seminario".

¡Infórmense ignorantes!

sábado, 1 de marzo de 2008

Clasificación de actores argentinos


En Argentina tenemos cuatro tipos de actores. La clasificación se ordena de buena calidad a mala e incluso horripilante calidad.

  • Los buenos actores
  • Los buenos actores que trabajan en Polka.
  • Los malos actores.
  • Los actores que comenzaron su carrera en Polka.

lunes, 25 de febrero de 2008

La locura


Todas las personas están locas. Algunas en mayor medida y otras en menor. Pero al final, todos terminamos estando locos.
La diferencia es simple. Consiste solamente en que algunas personas, como yo, tienen el coraje suficiente para admitirlo.

domingo, 24 de febrero de 2008

"Tengo un mono en mi bolsillo"


"Tengo un mono en mi bolsillo
Que me está robando el cambio.
Su mirada es cristalina,
sospecho que está chiflado"


Gracias Monkey Island 3.